VERANO 1975. El conocido empresario, de tradición maderero, Jorge “Vencho” Zúñiga, concurre hasta el hogar del conocido baterista “Tao” Cabrera a contratar los servicios de un grupo musical que anime las noches de la que sería la mítica discotheque de esos años en Curanipe: El “Hanga-Roa”. En esos años, los conjuntos de nuestra ciudad “Sociedad Electrónica” y “The Posters” eran propiedad de los dueños de los equipos, Oscar Muñoz Frías y Sócrates Andaur García, y en cada contrato les cancelaban a los músicos una cantidad estipulada entre ellos.
La propuesta de Vencho Zúñiga no podía ser más oportuna, ya que hacía tiempo que cuatro muchachos de ese entonces, tenían pensado formar un grupo propio, excelentes músicos, cada uno de ellos dotados de un talento innato, esperaban esta oportunidad (pincha en leer mas...)
Johnny Pérez, un guitarrista de excepción, de exquisito sentido musical, que tocaba la guitarra como los dioses; su hermano Maximiliano Pérez, muy buen bajista que deseaba mostrar sus condiciones como instrumentista y su voz, cálida y sentida; el inolvidable “Moncho” Mendoza, un segunda guitarra magistral que dejó una profunda huella en nuestra ciudad, por su extraordinaria simpatía y su ejemplar responsabilidad, y el virtuoso baterista Tao Cabrera, que a los 12 años ya tocaba en los bailes, shows y celebraciones de la época, compartiendo escenario con las orquestas y grupos que venían a Cauquenes, en especial al Teatro Viejo, al Club Social y otros locales, de quienes aprendió mucho y a la vez recibió muy buenas críticas.Ese verano, los fines de semana en Curanipe ya no fueron los mismos.
Embarcados en los viejos Buses Lit de la época, emprendían el viaje hacia ese balneario los cuatro soñadores, por el camino polvoriento hacia donde los esperaba la noche Curanipeña, que en el Hanga – Roa, tenía su centro. La inauguración de ese local fue un éxito y en un ambiente familiar, la mayoría de los veraneantes de ese entonces, todos gente de Talca, Linares, Santiago, que constituían un cerrado y exigente círculo, escucharon por primera vez a un grupo que pasará a la historia de nuestra ciudad por ser el mejor, el más conocido, admirado y reconocido de todos los que hasta la fecha han aparecido en Cauquenes: el inolvidable “GRUPO GRANIZO”, que desde esa noche fue cautivando a más y más admiradores, tanto por el ángel de cada uno de sus integrantes, como por la calidad y originalidad de la música que interpretaban, ya que cada uno de ellos aportaba en los arreglos con que transformaban a su estilo los covers de la época.
La existencia de Granizo fue larga y provechosa. Representaron a Cauquenes en muchas oportunidades, participaron en cada actividad de importancia que aquí se realizó, recorrieron muchas ciudades, mostrando su música, la mayoría instrumental, que era lo que la llevaba en ese entonces, y de la que fueron maestros indiscutidos. En el kiosco de la Plaza de Armas, realizaron presentaciones verdaderamente memorables, en los balnearios de nuestra comuna cautivaron a quienes los conocieron.
Un duro golpe cambió la suerte del grupo. Su guitarrista Ramón Luis “Moncho” Mendoza Meneses, dejó Cauquenes para trasladarse a la capital y el grupo dudó de seguir unido. Moncho era realmente importante dentro del grupo; pero, pudieron seguir adelante con su proyecto, gracias a la innovación y el entusiasmo juvenil. Después de Moncho, muchos integrantes fueron rotando, aportando cada uno de ellos su sello personal. De los más destacados recuerdo a su primer vocalista: Robert “Show” Hernández; Ariel Sánchez; Eduardo Canales; Jaime Irribarra; Claudio Apablaza; “Torito” Salazar con sus tumbadoras; Ricardo Arce Eriz, tecladista de Concepción; Alvaro Rivera, quién llegara a ser un conocido productor entre otros de La Sociedad o Myriam Hernández; Gerardo Arellano; el talentoso Hugo Herrera, son los que más huella dejaron junto a otros que pasaron por el grupo.
Todos los que disfrutaron de la música y de la presencia de Granizo, en variados escenarios como el Chuico del Río Cauquenes, cuando acompañaron a Buddy Richards, Rosse Van, María Valdés, o en el Teatro Municipal, donde eran acompañantes del entonces joven Zalo Reyes, Patricia Maldonado, Pedro Messone, Patricio Renán, Luis Dimas, Juan Antonio Labra, Sebastián, y de la mayoría de los artistas locales que brillaban en esa dorada época: Juan Carlos “Pollo” Muñoz, Ariel Sánchez, Cecilia Sánchez, Heriberto Gaete, Patricio “Pachi” Cortés, Germán Chamorro, cantante de muy buena trayectoria; Alda Vásquez; Alejandra Favre; Lupe Toledo; Luis Jara; Patricio Rojas; Silvia Salazar; Manuel Vásquez; Patricia Seguy; Vertileé Rodríguez; Irma Vásquez; Víctor López; Paz Verónica Durán; Claudio García; Nelly Morales; Patricio Medel; Ivonne Avila; Esaúl Albornoz; Celín Díaz; Gustavo Contreras, y tantos otros que nos deleitaron en las veladas estudiantiles y shows de la época que por cierto repletaban el Municipal.
Fuera de nuestra ciudad, en el Casino Fital, en Talca, donde animaron los bailables del 18 de Septiembre; del Recinto Feproli, en Linares donde todos los años representaron a nuestra ciudad y tantos otros lugares de la provincia, no olvidarán a cada uno de los integrantes del Grupo Granizo: Juan Pérez Guzmán, “Johnny”, hoy profesor de Educación Musical en el Liceo Claudina Urrutia y además Pastor Evangélico, como su padre; Ramón Luis Mendoza Meneses “Moncho”, funcionario de una importante óptica en la capital; Maximiliano Pérez Guzmán, “Max”, Funcionario Municipal de larga trayectoria; y Jorge Gustavo Muñoz Cabrera, “Tao”, conocido propietario de la antigua Imprenta La Verdad: los cuatro verdaderos integrantes del más famoso de los grupos musicales de nuestra ciudad: el inolvidable GRUPO “GRANIZO”.
Enviado por Jorge Gustavo Muñoz Cabrera
{mxc}