Fuente: www.diariolaprensa.cl
Pelluhue es uno de los balnearios más apetecidos por los maulinos en la región.
Problema. A eso suma el cierre del borde costero, evitando el libre acceso a lugares otrora altamente visitados por los veraneantes, tal como ocurre al llegar a Curanipe.
A nadie le cabe la menor duda: visitar Pelluhue y Curanipe, lugares que ofrecen amplias playas de arena negra es una tradición proyectada por mil.
Las bellezas naturales se asoman desde que el viajero toma rumbo hacia el litoral cauquenino. Sorprende la Reserva Nacional Los Ruiles, que circunda el camino hacia Chanco.
Desde El Corte, se divisa el horizonte marino y el enorme arenal negrusco que contrasta con el cielo azul intenso. La brisa marina golpea suave en los rostros agotados por el calor. Ahí empieza el camino hacia el “paraíso”...
Miles de veraneantes van en busca del solaz, del ocio estival.
La costa abre las puertas a los paseantes. Hay ríos, montañas, valles escondidos llenos de papayos y frutillares. Los puestos de mariscos y pescados tientan a los golosos.
SIN EMBARGO…
Muchos son los concurrentes desembarcan en la ribera, al borde de las olas. La fauna humana se estira al sol. Buscan dejar atrás la palidez de los rostros adquirida en las oficinas. Se broncean. Se doran. Duermen. Juegan. Deambulan, flacos, gordos y gordas; esqueletos dentro de bikinis… En fin, el asunto es sentir el aire, el viento.
Sacan el cocaví. La merienda, extendida debajo de los quitasoles, es una fiesta del apetito… Todo está bien. Sin embargo, hasta que empiezan las miradas a buscar casetas sanitarias…Llega el problema, la angustia… ¿dónde?...
AL OESTE DEL PARAÍSO…
La comuna de Pelluhue nació a la vida administrativa con apellido: comuna “turística”, justificada por la regionalización. Le quitó gran parte del territorio a Chanco. Todos los ciudadanos y ciudadanas pensaron que la zona tomaría vuelo. Pero, con el paso de los años, por lo menos hasta ahora, no ha salido a la luz pública ningún proyecto que dé en el clavo. Los alcaldes y alcaldesa, que se han sentado en el disputado sillón edilicio, sólo buscan el poder de la tribu. Tal es así, que todavía esta comuna, está sin alcalde titular, debido que la candidata electa fue impedida de asumir por falta de probidad administrativa y abandono notable de deberes. Ello le impide desempeñar cargos públicos por cinco años. La subroga el administrador municipal, hasta nuevo aviso del TRICEL.
No hay definiciones claras sobre el futuro de este territorio. Se deja de ver al canto, con la carencia de lo mínimo: de servicios básicos en las playas. Cada autoridad comunal, aparte de entregar los lógicos adelantos urbanos que caen por su propio peso, y de eso, no hay que taparse los ojos: hay pavimentos en las calles; paseos en las costaneras, trilla a yeguas sueltas, el encuentro anual de la canción folclórica, feria del mundo campesino, bazares y otras instalaciones destinadas a la distracción. Pero, sobre eso, se nota la ausencia de planes macros destinados a impulsar estructuralmente la comuna, desprovista de agua potable y alcantarillado entre Curanipe y Pelluhue, zona donde ha crecido el número de casas para el veraneo y también para vivir allí.
No se conoce un plano regulador. Se multiplican los micro basurales y para peor, algunos “propietarios” han cerrado el acceso hacia algunas playas, a espaldas, creemos, de Bienes Nacionales.
La gobernadora de Cauquenes, Angélica Sáez, ha tratado de integrar a esta comuna a través de Maule Emprende. En eso está, pero los concejales, empresarios gastronómicos, los sindicatos de pescadores, los vecinos, la comunidad entera, deben bregar por un futuro más sólido.
Por lo pronto: es necesario asear las playas y poner casetas sanitarias… es lo mínimo…
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