Por Roberto Romero Yáñez.
Son muchas las definiciones y orígenes para la frase “Pan y circo”, pero la mayoría coincide en que Juvenal, poeta romano se refiere con esta frase a los emperadores romanos que, en lugar de dedicarse a trabajar para solucionar los verdaderos problemas del imperio romano, trataban de distraer la atención de su pueblo, dándoles diversión a través de las funciones circenses y comida barata, ambas cosas eran entregadas como dádivas de un estado aparentemente generoso, pero que en el fondo ocultaba su ineficiencia.
La frase PAN Y CIRCO en el fondo crítica a la actitud de un pueblo que se deja embaucar por las autoridades y no exigen nada más a cambio de su sumisión. De hecho los estudiosos de la época y los de hoy, quizás coinciden en que como herramienta de control de la plebe son celebración de banquetes para el pueblo, la celebración de espectáculos gratuitos en anfiteatros, como los romanos.
Todo ello contribuía a la evasión de los problemas reales del estado y la sociedad romana y que el emperador utilizaba como arma propagandística y de control de las insurrecciones populares.
En el circo había sitio para las personas de todas las clases sociales, con lo que, momentáneamente se olvidaban esas diferencias. Hay que recordar que la plebe era la que decidía en el senado y por ello había que tenerlos de parte del gobierno, para seguir contando con su favor.
La intrascendencia de algunas actividades de urgencia en la actualidad, raya en el irrespeto y el insulto para quienes aun esperan acciones y obras concretas.
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