Solo hoy pude asumir tu partida y he querido dedicarte estas líneas.

    Esta es una consulta de correo electrónico http://www.cauquenino.com/html/ a través de: IRMA VASQUEZ ZURITA <Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.>

    Hola.

    Cauquenino Doctor Aquíles Rodríguez SandovalSolo hoy pude asumir tu partida y he querido dedicarte estas líneas.

    Te conocí allá por los años 70 cuando éramos adolescentes, yo compañera de curso de tu esposa María Cristina.

    Los recuerdo enamorados, con grandes ilusiones, mirando hacia un futuro próspero y pleno de éxitos.

    Yo te admiraba porque eras el hijo del Doctor que mis padres querían tanto y en quien tenían tanta confianza.

    Con el tiempo, cuando yo trabajaba en el Hospital llegaste como un joven médico, alegre, optimista y por que no decirlo, algo carimástico.

    Formaste una familia junto a tu polola de tantos años de amor, llegaron los hijos frutos de ese amor y comenzó tu carrera profesional.

    Amabas tu profesión, de verdad un hombre con una vocación de alma, que ponía todo su tiempo en su labor.

    Fuiste una persona que vivió a concho la vida, quizás siempre presentiste que sería corta tu estadía acá y por eso querías aprovechar cada instante; a lo mejor, por ese afán de vivir a concho,  heriste susceptibilidades y sentimientos pero sé que no era tu intención sino el de poder alcanzar lo que querías.

    Sé que siempre admirabas mi voz, te gustaba escucharme cantar, recuerdo la misa en memoria de tu padre en su casa, te vi con recogimiento y con esa tristeza de recordar al hombre que te dio la vida y que impulsó y alimentó tu vocación.

    Perdona, no quise ir a tu velatorio ni funerales porque quiero recordarte vivo, entre nosotros, en nuestras calles y cuando vaya al Hospital en ese lugar donde entregaste la mayor parte de tu vida.

    Mi hijo también está triste, le decías - Hola flaquito -, cuando le veías por los pasillos.

    No te digo adiós, porque sé que nos volveremos a ver, a reír, a contar chistes y a cantar, tararear una canción juntos.

    Gracias porque siempre me trataste con respeto y cariño y deseo que así seas recibido en tu nueva dimensión de vida.

    Debes estar feliz de ver nuevamente a tu viejito, Dios es amor y misericordia y allí sé que debes estar, porque si fallaste en algo lo recompensaste con tu entrega por cada una de las personas de esta ciudad que hoy lloran por no verte físicamente más.

    Chao Quilito, nos vemos.

    Irma Vásquez.

    {mxc}

    © 2025 Cauquenino.com

    Please publish modules in offcanvas position.