Por Ivan Salazar Aguayo (Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.)
Motivado por la columna de Cesar Valdes, me gustaría participar reflexionando sobre la baja participación de las organizaciones de la sociedad civil cauquenina, en este caso en la validación del pladeco.
Para mi debemos preguntarnos si esta falta de participación ciudadana es una tendencia o simplemente una echo circunstancial? Si es algo circunstancial, podríamos atribuir la escasa asistencia a problemas de información y convocatoria. Cuantos fueron informados de esta reunión? ¿A quienes se invitó? A veces las reuniones fallan por un escaso esfuerzo de comunicar e invitar a todos los interesados.
Si el análisis va por el lado de una tendencia que se comienza a repetir, las preguntas van por otro camino. ¿Tenemos educación ciudadana, prácticas democráticas que nos permitan saber que el Pladeco es nuestro instrumento de control ciudadano, un plan que guiará las inversiones en la comuna?
Creo que como chilenos, y aun en pleno periodo democrático, no hemos aprendido a construir lo público e influir en las decisiones que nos afectan. Por lo tanto, estos espacios son extraños y no sabemos como comportarnos. Lo comunal, lo vemos como tema del municipio, no de los ciudadanos. Con votar cada cuatro años parece suficiente participación, luego nos vamos para la casa a nuestros asuntos privados.
El malestar lo manifestamos con nuestros amigos, en nuestras familias, es decir, en el espacio privado, porque perdimos la conexión con la construcción cotidiana de lo público. ¿Donde decimos lo que nos molesta? ¿en los medios de comunicación local? ¿En las radios, los diarios locales, en la televisión por cable? Sinceramente, tenemos pocos canales formales para decir e informar, para proponer, y para controlar lo que hacen o no hacen las autoridades. Estos medios en su mayoría están cooptados y presionados a informar sólo una parte de la realidad.
Así las cosas, el camino se hace pesado y el tranco lento. Que nos va quedando? Creo que una tarea inclaudicable es seguir auto-convocándonos como vecinos, como organizaciones de la sociedad civil, como hombres y mujeres autónomos. Y continuar organizándonos, reuniéndonos, conversando acerca de lo que nos interesa a todos.
"Aquello que conviene a todos para su dignidad humana", es lo que caracteriza lo público, y es lo público lo que nos debe llamar a trabajar cotidianamente (educación, salud, el agua, fuentes laborales, emprendimiento, calidad de la política, etc.)
Porque “lo público” se construye desde la sociedad civil. Veamos sólo el ejemplo de la propuesta de Educación 2020 que lanzara el profesor Mario Waissbluth hace algunas semanas, y que hoy cuenta con un contundente respaldo de estudiantes, medios de comunicación, mundo político, y miles de familias. Esta idea ha capturado la imaginación del pais, al proponer que el 20% más pobre de los estudiantes tenga la misma calidad de educación que el 20% más rico en el año 2020.
Esta es nuestra tarea y en eso estamos, aprendiendo, intentándolo con diferentes resultados, y al mismo tiempo, mirando nuestro propio proceso de articulación social.
Las cosas en Cauquenes están cambiando, lentas pero se están moviendo. Es cosa de leer estas páginas del blog para darse cuenta, mirar las dos nuevas corporaciones que están pujando por nacer (Codeca y Milla Relmu,), el intento por articular estas y otras organizaciones privadas de la provincia en un consorcio, bajo en nombre de Corporación Maule Sur, la Mesa pública – privada del Programa Maulemprende, Cepechile, entre otras.
Estamos vivos, demostrando que queremos y nos importa lo que sucede o deja de suceder en Cauquenes, que nos interrogamos sobre lo que nos pasa, y que estamos aprendiendo a ser realidad el proyecto democrático desde las bases.
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