Que vivan las Madres, que defienden su familia
Que vivan las Madres que aman su tierra,
Que vivan las Madres que se levantaron después de haber sufrido el terremoto del 27 de febrero del 2010.
QUE VIVAN LAS MADRES CAUQUENINAS Y DE TODA LA PROVINCIA DE CAUQUENES.
Dios bendiga a todas las MAMAS de la provincia de Cauquenes.
Felicidades
Equipo Editor www.cauquenino.com
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Feliz día Mamá
Fuiste surco y fuiste savia,
Arca creadora del latido nuevo,
que en sus trazos repite signos heredados:
la piel y la osamenta el gesto y la palabra,
En cada uno van,
fracciones de tus sueños,
ligamentos indelebles,
impresos desde el vientre,
hasta la multiplicación,
de los genes infinitos,
Haz poblado y agregado,
habitantes a la especie,
que tu esencia sobreviven.
Por Eliana Segura Vega
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Descripción de Madre
Madre, es el vocablo que conmueve,
que ensancha el corazón y lo acelera,
y es la palabra mágica que puede
transformar a un invierno en primavera.
Madre, es la expresión más clara
que sugiere dulzura y armonía
y que mezcla destellos de alboradas
con perfumes de flor de poesía.
Madre, es ciertamente el nombre
del tesoro más sutil y más sagrado,
que, como cálida e inextinguible lumbre,
al ser humano, Dios le ha regalado.
Madre, en lo concreto y en lo hecho,
es aquella bendita y gran mujer,
que, de su tierno y generoso pecho,
nos dio el más dulce néctar a beber.
Es aquella mujer noble y osada,
que, sin hacer alardes ni aspavientos,
a través de su sonrisa y su mirada,
nos transmite confianza y sentimientos.
Es aquella mujer que con ternura
y fiel amor, a quienes son sus hijos,
les enseña a rezar desde la cuna,
ante el sacro talismán de un crucifijo.
Es, de verdad, esa mujer valiente,
con dotes de pureza y de virtud,
que es capaz de lidiar contra la muerte,
en defensa de quienes dio a la luz..
Quien tenga, pues, aún su madre viva,
cuídela mucho y no se olvide de ella,
ya que madre una sola hay en la vida,
sin que nadie la reemplace acá en la tierra.
Quien tenga, entonces, a su madre viva,
regálele cariño y no la desatienda,
ya que ella se merece, sin medida,
que la colmen de amor y la comprendan.
Y Quienes, por desgracia, no tenemos
la dicha de contar con nuestra madre,
en su memoria, es justo que elijamos
la más bella oración para rezarle.
No hay que olvidar jamás que quien nos tuvo,
en su bendito vientre, nueve meses,
de los seres que trajo ella a este mundo,
el más digno homenaje se merece.
Un homenaje real y convincente,
con esbozos de inspirada apología;
un homenaje diario, permanente,
y no sólo a la luz de un solo día.
Por Alejandro Peña Castro
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