Fuente: CauquenesNet.com - Por: Ignacio Iriarte, Periodista
El escenario electoral para este 2013 se presenta mayormente competitivo. Figuras emergentes desde el mundo ciudadano, se enfrentan a los actuales diputados dándole vida a la nueva ley de primarias. Es el caso de Iván Salazar Aguayo, el psicólogo que en esta entrevista explica por qué aspira a ser Diputado por el Distrito 40.
Salazar indica que este era el momento de hacer un cruce entre el mundo ciudadano -al que él pertenece- y el político, razón por la cual liderazgos como el suyo, se atreven a competir hoy por un escaño parlamentario.
¿Cómo se gesta la idea de ser candidato a Diputado? ¿Se basa en tu experiencia profesional?
"Claro, mi carrera se fue desarrollando un poco distante de mi título profesional (psicólogo), porque me fui entrando en temas de desarrollo local. Tempranamente me puse a trabajar en un programa que abordaba un enfoque del desarrollo basado en las capacidades de las personas y eso me motivó a fortalecer liderazgos y capacidades no solo de las personas sino que también de los grupos, de las organizaciones, para contribuir en su puesta en acción".
"Esa experiencia de desarrollo local se fue transformando con el tiempo en una especie de diplomado y fue una antesala de lo que después sería mi trabajo en la Fundación Avina donde tuve un trabajo más de ciudadanía y que apuntaba a generar incidencia en políticas públicas, ingeniar iniciativas que tuvieran algún efecto potenciador en sus propias localidades y comunidades, en temáticas medioambientales en muchos casos, en defensa incluso territorial y creo que esa experiencia entonces de formación de capacidades y después de gestión con organización y con liderazgo ciudadano me fue dando un escenario donde empecé a darme cuenta que el sistema político en donde queríamos influir tenía bastante sordera para acoger una serie de demandas que empezaban a surgir tanto desde organizaciones sociales como también desde los territorios".
"Quizás una de las experiencias que me marco más, es el trabajo realizado con la Red de Territorios Ciudadanos, donde fuimos impulsores del proyecto de ley de Voto Programático. Ahí percibí lo costoso que es para la ciudadanía interactuar con la clase política y lo mucho que le falta al mundo político tradicional para sintonizar con el sentir de la sociedad civil. Había en ese momento, y sigue habiendo ahora, básicamente porque son los mismos, un abismo enorme que no imaginaba cómo podíamos salvarlo, porque además el mundo político estaba bastante de espalda a lógicas transformadoras".
"Creo que esas experiencias fueron marcando una reflexión, no solo mía sino de algunas redes donde he estado metido, de que ahora es el momento también de hacer un cruce y en algunos casos liderazgo ciudadano, atreverse a entrar al mundo político".
¿Por qué crees tú que la experiencia del trabajo ciudadano de base tomará sentido y fuerza en la población?
"Ahí se cruzan varias líneas. Una muy reciente tiene que ver con los movimientos internacionales del 2011, donde se hicieron sentir con fuerza los sentimientos de indignación, de inconformismo, de incomodidad respecto de una serie de temas. Había algunos casos de movilizaciones enormes, muy masivas, respecto al sistema económico, por otro lado, había demandas y críticas fuertes al sistema representativo en general, y creo que eso en Chile aterrizó en educación o en las grandes movilizaciones medioambientales, donde quizás la más llamativa ha sido contra Hdroaysén, pero hay muchas otras, Castilla, Punta de Choros o contra la Termoeléctrica Los Robles en nuestra costa maulina".
"En todo se hace latente el descontento que se venía dando silenciosamente hacía mucho tiempo, una cierta disconformidad con el sistema político, con el sistema de representación, con el sistema binominal, con esta separación, este autismo del sistema político partidista y eso, creo, el 2011 empezó a golpear muy fuerte. Eso fue generando un contexto donde quizá en las Municipales pasadas se ve reflejado en quien es ‘la niña símbolo’, la Pepa Errázuriz…"
¿La alcaldesa de Providencia?…
"El triunfo de la alcaldesa de Providencia, considero que es el ejemplo más evidente, de que dirigentes vecinales, líderes de ONGs, -que tenía esa doble militancia la Josefa-, era competitiva también en el mundo político y podía entonces instalar, desde la política, una visión desde abajo hacia arriba, porque lo contrario -la visión desde “arriba hacia arriba”-, es la que está en crisis hoy en día. Hay varios síntomas: el descrédito de la clase política en las encuestas, la mala evaluación del gobierno, también el descrédito de los partidos políticos. La política está en deuda, en un diálogo hacia la ciudadanía, creo yo".
¿Tú crees que la gente percibe eso? ¿En el Distrito que aspiras representar, hay también esa sensación?
"Me han sorprendido las conversaciones con la gente, la ciudadanía está mucho más interesa en política de lo que muchos creen. Están pendientes y le dan una connotación positiva o negativa a las acciones de sus representantes. Eso lo he visto en las seis comunas del Distrito 40".
"Lo que más se reconoce es que hay un agotamiento con respecto al menú que se le ofrece. El sistema binominal ha instalado ese cansancio de las alternativas o ha impedido que los electores tengan reales posibilidades de elegir. Entonces lo que yo he escuchado de primera mano, es de aburrimiento, de cansancio, de decir ‘mira estos parlamentarios llevan 20 años, ofrecen lo mismo históricamente y qué bueno que aparezcan cartas nuevas, que bueno que aparezca gente joven’. Entonces, hemos encontrado en eso, varias pistas en que se empieza a hablar en todos lados, porque el discurso ciudadano de desgaste del pasado lo hemos escuchado con igual fuerza en Longaví, en Parral, en Retiro, en Cauquenes, en Chanco y Pelluhue. Siempre se llega a lo mismo: o hay agotamiento ante la misma opción o es por la falta de opciones".
… Y esa oferta estandarizada, ¿en qué se traduce hoy día?
"Yo creo que a nivel parlamentario, el binominal es donde se refleja más crudamente, porque no hay competencia prácticamente, los candidatos son nominados a dedo, son protegidos por las cúpulas, por lo tanto, cuando el voto era obligatorio, la gente tenía esa sensación de que había que ir a votar, incluso por alguien que no los representa totalmente y que no les mueve ninguna hormona, por lo tanto, las elecciones se convirtieron en un ritual muerto".
"Ahora, con el voto voluntario, se abren un poco más de posibilidad de competencia, por ejemplo a través de estas primarias. Ahí es como si se abriera una ventana y entra un poco de aire fresco y eso creo que está dando esperanza, que está generando ganas de participar, ganas de involucrarse, ganas de atreverse a cambiar".
"Algunos hablan de un nuevo siglo político, donde se demandan representantes acordes a eso. Gente que esté en sintonía con lo que piensan las organizaciones ciudadanas y los movimientos sociales y si quienes están hoy día no responden a ello, pues hay que cambiarlo"
Los cambios necesarios para el “nuevo Chile”
¿Cuál o cuáles son los grandes temas-país por los que estarías dispuesto a jugártela en el Parlamento?
"Lo primero que me surge es que desde hace unos 10 ó 15 años, yo vengo reflexionando que independiente que como país nos vaya bien o mal económicamente, he sentido que nuestro sistema institucional era ilegitimo, que estábamos construyendo una sociedad parados en una Constitución antidemocrática y que mientras no la refundáramos como un gran pacto social, una Nueva Constitución, no íbamos a poder surgir como sociedad realmente, sino que íbamos a tener un sistema económico que nos iba a marcar el destino y que iba a mantener una sociedad muy desigual y excluyente. Por eso, a mí, quizás como preocupación más espiritual, me encantaría jugármela por una Nueva Constitución y el camino a una asamblea constituyente me atrae mucho, pero creo que no es un tema le atraiga a toda la sociedad, aunque debería. Lo primero debe ser educar a los chilenos en la materia y empezar a agendar el tema. Lo bueno es que la idea se ha venido instalando con mucha fuerza en los últimos 3 años".
"Refundar nuestra Carta Magna a mí me parece que es un gran tema sobre el cual los chilenos deben pronunciarse, debemos rayar de nuevo la cacha porque las desigualdades no las vamos a poder resolver a punta de parches, sino que tenemos que generar las bases de una nueva sociedad, con un modelo del buen vivir que incluya a todas y todos".
… ¿La apuesta es, entonces redefinir las reglas del juego?
"Totalmente. Eso para mí es lo más sentido, pero de ahí se desprende todo lo demás, por ejemplo, ¿cuál es el nuevo trato respecto a tema de nuestros recursos naturales? Yo creo que hay que hacer una gran discusión respecto al código del agua, porque es uno de los grandes temas de nuestro país que se vincula después con la energía, y que finalmente desencadena en cambio climático".
"En nuestro Distrito, esto también es algo que está pegando muy fuerte, hay todo un sector de secano que vive la escases del recurso, pero por otro lado, está todo el tema de la propiedad, del uso, etcétera. En cuanto a energía, considero que habría que apostar por la definición de una política energética, que es algo donde todos los gobiernos le han hecho el quite, porque eso también es una manera de trabajar por el desarrollo del país, pero en forma sustentable".
"Y una tercera orientación que considero imperativa tiene que ver con el ordenamiento territorial, que en el fondo busque que los territorios definan su propia vocación para que la gente se empodere de su lugar y potencie el desarrollo local. Eso para mí es una agenda más personal que me gustaría reforzar desde la regionalización".
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