Juntos podemos avanzar

    Por Maritza Torres

    Este fue el lema utilizado en el acto de celebración, realizado en la Capilla Católica, el  día lunes 2 de septiembre, con el cual el Concejo de Desarrollo, dio inicio a la Conmemoración del 3er Aniversario del Barrio Estación.

    Con la presencia de los directivos de los liceos, de la escuela, de carabineros, clubes de adultos mayores, consultorio, juntas de vecinos y de la comunidad del Barrio. Se dio inicio a una semana de actividades por estos 129 años de historia local.

    Los alumnos del Liceo Bicentenario nos deleitaron con una hermosa canción en flauta dulce,  y  los alumnos del Liceo Ascensión Jara Segura, prepararon  un hermoso baile de nuestros hermanos de Rapa Nui.

    El padre Eduardo Villagrán, sacerdote que acompaño en esta emotiva, y sencilla celebración, hizo alusión a una pequeña parábola de reflexión, que hoy, hemos querido compartir con ustedes y reflexionar.


    Asamblea en la carpintería

    Cuentan que en la carpintería hubo una vez una extraña asamblea. Fue una reunión de herramientas para arreglar sus diferencias.

    El martillo ejerció la presidencia, pero la asamblea le notifico que tenía que renunciar. ¿La causa? ¡Hacia demasiado ruido! Y además, se pasaba el tiempo golpeando.

    El martillo acepto su culpa, pero pidió que también fuera expulsado el tornillo. Dijo que había que darle muchas vueltas para que sirviera de algo. Ante el ataque, el tornillo acepto, pero a su vez pidió la expulsión de la lija.

    Hizo ver que era áspera en su trato y tenía fricciones con los demás. Y la lija estuvo de acuerdo a condición de que fuera expulsado el metro que siempre se lo pasaba midiendo a los demás según su medida como si fuera el único perfecto.

    El metro también acepto su realidad, pero exigió que fuera expulsado el clavo, porque hería a todos y era muy duro y puntudo. El clavo exigió a su vez, la expulsión del serrucho por ser demasiado cortante con la madera y con todos los que son más blandos que él.
    En eso entro el carpintero, se puso el delantal  e inicio su trabajo.

    Utilizo el martillo, el tornillo, la lija, el metro, el clavo y el serrucho. Finalmente, la tosca madera inicial se convirtió en un lindo mueble. Cuando la carpintería quedo nuevamente sola, la asamblea reanudo la deliberación.

    Fue entonces cuando tomó la palabra el serrucho y dijo: señores, ha quedado demostrado que tenemos defectos, pero el carpintero trabaja con nuestras cualidades. Eso es lo que nos hace valiosos. Así que no pensemos ya, en nuestros puntos malos y concentrémonos en la utilidad de nuestros puntos buenos.

    La asamblea encontró entonces que el martillo era fuerte, el tornillo unía y daba fuerza, la lija era especial para afinar y limar asperezas y observaron que el metro era preciso y exacto, que el clavo no hería por molestar, sino para ser útil y poder servir y que el serrucho debía ser cortante en su forma de ser, porque era la única manera de que cada cosa tuviera su dimensión correcta para su realización. Se sintieron entonces en equipo, capaz de producir muebles de calidad. Se sintieron orgullosos de sus fortalezas y de trabajar juntos.

    Ocurre lo mismo con los seres humanos
    Observen y comprobaran

    Cuando en  una empresa o comunidad, el personal busca a menudo defectos en los demás, la situación se vuelve tensa y negativa. En cambio, al tratar con sinceridad de percibir los puntos fuertes de los demás, es cuando florecen los mejores logros humanos.

    Es fácil encontrar defectos. Cualquier tonto lo puede hacer. Pero encontrar cualidades, eso es para los espíritus superiores que son capaces de inspirar todos los éxitos humanos.
    ¡¡¡¡¡¡¡Feliz aniversario!!!!!!!!!

    {mxc}

     

    © 2025 Cauquenino.com

    Please publish modules in offcanvas position.