Señor Editor
Cauquenes ha perdido el valor de la palabra empeñada, la incongruencia mezclada con la prepotencia parece ser la única manera de 
sobrevivir en un pueblo que parece extraído de las películas del viejo oeste, pero lamentablemente, aquí los forajidos se encargan de matar a todos los hombres de ley.
Cada vez que reviso las redes sociales en búsqueda de información, alguien está robando o está levantando calumnias de otro, aquellos que gozan de autoridad suelen estar parados sobre tejados de vidrio y al final del día, la gente paga los platos rotos.
Supongo que la endogamia tiene la culpa, esa estricta defensa a lo local y esa sobre valorización de lo local como magnánimo es lo que da espacio a los tuertos para controlar a los ciegos, mientras los videntes hacen la vista gorda para no ser dañados por la violencia despiadada de alguna rapaz.
Y el poco valor dado a la palabra empeñada, se quiebra entre el compadrazgo, arrastrando a todos quienes saben que lo ajeno no es propio y el actuar individual siempre repercute en el colectivo, para bien o a la cauquenina.
Juan de Macondo
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