Para una noche de Año Nuevo

     

    La vida es una estancia incubadora

    de proyectos, de ensueños y de utopías,

    semejante a la más bella partitura

    de un himno a la esperanza, cada día.

     

    Es un màgico barco que navega

    por sobre el ancho océano del tiempo;

    de ese tiempo que avanzando nos genera

    la ilusión  de arribar a un mejor puerto.

     

     

    Y mientras el tiempo se escurre raudamente,

    cada ser ve entornarse sus ventanas;

    es el destino que Dios Omnipotente,

    a cada cual, por separado, nos depara.

     

    Es por eso que al final de cada año

    y ya al cierre de agitados doce meses,

    mirando, con nostalgia, el calendario,

    nuestras almas se comprimen y enternecen.

     

    Es la ocasión que, de verdad, conmueve,

    al evocar tiempos ya idos y lejanos.

    cuando todo nos decía; sí, se puede

    vivir sobre la tierra como hermanos...

     

    Por eso es que esta noche, en  todo el mundo,

    cada cual, a su manera y a su estilo,

    intentando, tal vez, cambiar de rumbo,

    se detendrá a meditar sobre su sino.

     

    Y con la vista perdida en lo infinito,

    a instantes del nuevo año que ya asoma,

    sabremos de verdad, fuera de mitos,

    si han sido productivas  nuestras horas.

     

    Quiera Dios que al arribo del nuevo año,

    cada familia. en unión, alce sus vasos,

    y, al brindar , con amor y sin agravios,

    ratifiqué, tal UNIÓN. con  fuerte abrazo.

     

                              FELIZ AÑO NUEVO.

     

     

    Alejandro Peña Castro  -  Alpecas

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