Por Eliana Segura Vega
Celestiales badajos ululan
vocativos al ser terrenal
apelando su alcázar interno
donde mora de Dios un altar.-
¡Deteneos hermanos!...ya es tiempo
de escuchar campanadas de paz
Detened los rencores y el odio
que la estrella está pronta a brillar.-
El decálogo, voz permanente,
nos proclama en su ley inmortal :
Al Señor,:a tu padre y hermano;
deberás sólo amor entregar.
Extingamos entonces la bomba
que en la guerra se ufana en matar
Compartamos el pan y la hostia
como apóstol del Dios caridad.
Acerquemos las almas y mentes
y armonías podremos cantar
Armonías que vive natura
como el sol ,la tierra y el mar.
En un puente tendamos las manos
transportando calor y amistad
al encuentro del ser que es hermano
y este día nos viene a ABRAZAR
Sólo él, sí, el amor nos redime
de pobrezas, de sed, de orfandad
Cuando el mundo comprenda el llamado
será dulce vivir y habrá paz.-
Sonríamos al niño, al anciano,
al vecino, al mendigo; al andar
y gritemos con júbilo cierto
¡aleluya!,la paz ya vendrá.-
Y vendrá porque todos queremos
construirle en el alma un altar
y escuchar cada día sus sones
de una eterna y feliz Navidad
{mxc}