Por Marcelo Osvaldo Waddington Guajardo
Hace unos 40 años atrás a las 7 de la mañana ya estaba jugando en el Fundo Los Cañones con mis juguetes navideños.
Como a las 8 pasaba don Mario Hurtado a saludar con Don Tito Herrera en su coche tirado por caballos y regresaban a la hora del almuerza a una gran mesa que invitaba mi abuelita Blanca Alvear. Después de empanadas de horno, cazuela, legumbre y mote con huesillos. Todos comentaban " este año vendría la Señora de la manda a repartir la vaquilla". Esto era porque una dama de Empedrado tenía tan singular manda de matar una vaquilla y repartir la carne entre las carretas que habían llegado con noche a la celebración del santito.
Una vez terminado el almuerzo nos llevaban a la procesión del santo de Rari donde tocaban la campana que regalo la Emilita Cansino y a escuchar las guitarras que sonaban con la maestría de las hermanas Ester y Marinita Sánchez
La canción decía:
"Venid pastorcillo
Venid a adorar
Al rey de los cielos
Que ha nacido ya
Que ha nacido ya
Si si si si "
Después las cuecas y los gritos
.......Viva el Niño Dios
Viva las cantoras
Viva la compaña.....
Poco después de La procesión todos los huasos que habían llegado con sus mejores aperos y buenos caballos terminaban mostrando la maestría con que manejaban sus caballos cruzándose en topeaduras y carreras ya a esa altura con el Dios baco acompañándolos.
El buen Alberto Pérez (trabajador del campo de mi abuelita)que era nuestro amigo y súper héroe en el campo , esa noche no llegaba y lo hacía al otro día con un ojo en tinta y sin el ramal de las riendas y contándonos a mi con mi hermano Claudio que en el caballo alazan le había ganado a topear a unos 30 o 40 y que a los puñetes a otros 20 o 30 más y el Alazan había sido el que casi había ganado la carrera si no hubiera sido por el jinete que se vendió o el gritón que estaba curado.
El ojo, le sanaba al cabo de unos 20 o 30 días pero su historia duraba hasta el otro año cuando nuevamente salía en el alazan bien pinteado y cargado al billete para alabar al buen y milagroso santo de Rari.
Viva el Santiago de Rari vivan esas bellas y pintorescas fiestas.
Vivan nuestros bellos e inolvidables recuerdos de niños.
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