Palabras a mi hermano Mario en su partida a la eternidad.

    Fallece el cauquenino Mario Cerro Martínez.

    En la vida todo tiene un comienzo y un final…y el comienzo de esta historia se inicia con la unión de Yolanda y Mario, padres ejemplares. Sample Image

    Fruto de este amor nace Mario Gerardo, heredero de principios, valores y consecuencia que mantuvo hasta el último segundo de su vida. Así comienza la historia de Mayín, como le apodó mi padre cariñosamente en honor a su abuelo, apelativo que sólo familiares y un pequeño grupo de amigos conocían.

    El hecho de ser el mayor de los hermanos, tambiénSample Image marcó el sentido de su personalidad y responsabilidad.

    La antigua calle Catedral cobijó sus primeros juegos infantiles hasta llegar a su querida Población Claudina Urrutia, donde la familia creció trayendo la compañía de sus hermanos :Liliana, Christian, Francisco y Juan Claudio a quienes cuidó con esmero y bondad.

    Sus sueños infantiles le acompañaron diariamente en sus caminatas junto a Pepita, su hermana a quien tanto quizo, hacia la noble escuela 13, donde de alumno ejemplar terminó siendo, como lo hemos comprobado estos días, en un querido y respetado profesor.

    Las ilusiones juveniles comenzaron a moldearse en su querido Liceo de Hombres del cual egresó para comenzar a trabajar en la escuelita del sector de Sauzal. Su círculo social comienza a aumentar rápidamente, formado parte de un grupo de profesores rurales donde inicia una larga y entrañable amistad con cada uno de ellos. Junto con su comienzo laboral, despierta su interés por la pedagogía y el aprendizaje, y es que en nuestro hogar hemos tenido la bendición de contar con el mejor maestro y formador como ha sido, es y será nuestro padre y el apoyo incondicional, que siempre entregó nuestra madre.

    Obtiene su titulo profesional en la Universidad Católica de Chile como Profesor de Educación General Básica, volviendo a trabajar en la escuela de Sauzal, donde sus revistas de gimnasia alborotaron la tranquilidad de aquella dormida comunidad campesina. En la ciudad de Cauquenes, ejerce la docencia en la escuela Santa Adriana, donde sentía un gran cariño por aquellos especiales alumnos y en la escuela Independencia, ayer escuela 13.

    Querido Mario, tú espíritu de servicio público te llevó a buscar más allá de la docencia el afán de servir a la gente, sí, el voluntario oficio de servir a la gente. Tu interés en el servicio social se manifiesta al formar parte de la acción católica, perteneciendo en ésta Parroquia de San Alfonso, al grupo de jóvenes denominados “Corazones Valientes”

    Desde pequeño atesoraste el sueño de ser un caballero del fuego, un sueño cumplido a cabalidad, comenzaste como un esforzado voluntario hasta alcanzar el rango de Superintendente de tu querida institución bomberil, de la cual estuviste preocupado hasta el último día de tu vida. Cuántas veces sentimos tu alegría, durante tu convalecencia, al recibir un llamado o una visita de tus amigos bomberos. Apasionado jugador amateur, acérrimo seguidor del Club Independiente y árbitro de las ligas locales, interregionales y campeonatos nacionales de futbol, reconocido, no sólo por los jugadores, sino también por sus compañeros de la Asociación de Árbitros.

    De nuestro Padre y Madre heredó su formación de moldear y templar los espíritus de niños y jóvenes al pertenecer a la Brigada de Scouts Baden Powell, que el papá dirigía, siendo siempre el Guía y líder de la Patrulla Lobo. Cómo disfrutabas querido hermano, con tus salidas al aire libre, del pan amasado preparado de la mano de mamá y de las primeras caminatas a Santa Sofía o al Tranque Tutuvén.

    Las canciones Scouts al interpretarlas, muchas veces calmaron tu dolor en la Clínica, como no recordar la última vez que cantamos el Himno de la Unidad….”Vamos al encuentro, con una gran esperanza, las manos unidas son, signos de nuestra hermandad.….”y hace pocos días el clásico “Avanzan las Patrullas” Sentiste siempre el afecto de tu grupo, de tus scouts, de tus guías, de tus lobatos y alitas, de la gran hermandad mundial. Mayín, has sido un caballero a carta cabal, hiciste tuya la máxima que alguna vez escribió Gabriela Mistral…”Enseñad siempre con el gesto, la actitud y la palabra….” Y vaya que lo lograste. Nunca escuché de ti una mala palabra o un gesto fuera de lugar.

    El equipo médico de la Clínica siempre destacó y se sorprendió con tu caballerosidad y respeto, aún en la adversidad, donde a veces cuesta mantener la cordura y renegar del presente. Has dejado una gran lección para los médicos y profesionales de la medicina.

    Amigo de tus amigos, siempre pensaste que la amistad debía ser el valor que guiara nuestras vidas, tu tranquilidad, tu mesura y objetividad en ver las cosas, te hacían ser una persona distinta, como cuando nos dijiste como familia y hermanos: “Yo siempre los he querido a mi manera, aunque sea fome y apático”

    Nos sorprendiste con frases como: “el futuro no existe, sólo existe el hoy”,”El que más sabe dirige, los demás acompañan”,”Tengamos siempre, todos los días, espíritu navideño”,”Hay que ser amable y respetuoso, siempre”, “Nunca hay que perder el contacto”, “Hermanos, siempre juntos, siempre unidos”.

    En esta hora de la despedida, como familia, queremos expresar nuestros sinceros agradecimientos a quienes estuvieron muy cerca de nosotros, sintiendo su afecto y amistad: a la comunidad Redentorista, especialmente al Padre Julio, a la I. Municipalidad de Cauquenes, al Cuerpo de Bomberos de Cauquenes y de Santiago, a toda la comunidad escolar de las escuelas Independencia y Santa Adriana, a sus alumnos y alumnas, a sus padres y apoderados, a todos su colegas profesores, a sus verdaderos amigos, aquellos que hoy están aquí presentes.

    Al personal de la Clinica Dávila: a el equipo médico, especialistas, enfermeras y paramédicos de quienes Mario recibió una atención esmerada y cariñosa. Mención especial a Manuel Flores Gaete, nuestro vecino en la Población Claudina Urrutia, quién después de muchos años y en la adversidad se reencuentra con Mario en Santiago.

    Manolo gracias por tus palabras de aliento, fé, esperanza y sobre todo de alegría que llevaste a diario a la habitación 524 de la Clínica y que Mayín esperaba en cada jornada, gracias por tu compañía, te estaremos eternamente agradecido.

    Gracias Fresia y Carolina por vuestro incondicional apoyo y desvelos. A nuestros familiares por su constante preocupación. A Graciela; Chely: Supiste enfrentar los difíciles momentos acompañando a Mario día y noche, hasta el último segundo cuando se apagó su vida.

    Compañera de los buenos y de los no tan buenos momentos. Gracias Chely por llenar de felicidad los días de Mario, no estás sola, no te dejaremos sola, has ganado una nueva familia y nuevos hermanos.

    Es la hora del adiós…..y del reencuentro con mamá, eso nos provoca la tranquilidad que vuelves a ella, que estarás disfrutando de la eternidad, del cielo y la paz eterna donde alguna vez volveremos a estar todos juntos como familia. Cuídanos y protégenos especialmente a papá, tus sueños inconclusos trataremos de hacerlos realidad.

    Partes a establecerte en las verdes y eternas praderas del cielo donde armarás tu definitivo campamento y te acompañarás de una cálida fogata….que tengas buena caza, hermano scout.

    Que descanses en Paz y Hasta Siempre querido hermano. Que Dios y la Santísima Virgen te acompañen por siempre….

    Tu hermano Juan Claudio.

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