Por Rodolfo Aranda Villanueva - Cauquenino - Ingeniero Comercial
Es importante que los Cauqueninos como todos los chilenos paguemos nuestros impuestos porque en forma solidaria estamos contribuyendo a la administración del Estado de chile, el cual entre otros deberes tiene el procurar el bienestar de los más pobres, a través de subsidios habitacionales u otros instrumentos que propendan a mejorar las condiciones de vida de los más necesitados.
Lo Anterior pone en relieve el hecho que cuando algunos pretenden, mediante diversos subterfugios, evadir el pago de impuestos sea particularmente grave, en efecto cuando ello ocurre es seguro que un Cauquenino que estaba en los primeros lugares de la lista de espera del subsidio habitacional que necesitaba, en definitiva no lo haya obtenido, es decir fue directamente perjudicado. No fueron los puntos que le faltaban, porque quizás no era lo suficientemente pobre para obtener ese subsidio habitacional que con tanta ansiedad esperaba, sino que la irresponsabilidad de los que se coludieron para no pagar los impuestos que le hubieran permitido obtenerlo.
Por otra parte, cuando algunos (o muchos) políticos en concomitancia con determinadas empresas se colocaron de acuerdo para financiar campañas políticas u otras actividades, mediante el expediente de emitir boletas ideológicamente falsas, no solo eludieron la ley electoral sino que también dichas campañas en parte fueron financiadas con platas de todos los Cauqueninos y el resto de los chilenos o sea con plata de todos. En efecto, sí la empresa colocó como gasto una boleta ideológicamente falsa ello le permitió rebajar en un 20% el pago de impuestos, pero puede ser aún superior porque sí esa plata hubiera sido un retiro de utilidades, para luego destinarlo a la campaña, entonces el dueño de la empresa hubiera tenido que pagar un 40% en impuestos, plata que habría pasado hacer de todos, al igual que cuando pagamos el IVA al comprar el pan todos los días.
Lo anterior implica que los Cauqueninos ayudamos a financiar las campañas de todos los políticos coludidos con las empresas, es decir financiamos a diputados y senadores que ni siquiera eran de nuestro distrito o circunscripción, con los cuales de seguro tampoco teníamos poca o ninguna afinidad ideológica, estuvimos obligados porque hicieron trampa.
Finalmente, cierro esta columna con un deseo: la Av. Alcalde Aquiles Rodríguez Sandoval
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