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Desde hace algunos años y a partir del auge de Internet, se escucha hablar de términos como "Democracia electrónica", "Redes Ciudadanas", "Comunidades Virtuales", "Netizen", “E-government”, “Politica informacional ”.
En general estos términos que buscan conjugar categorías más o menos políticas con otras que hacen alusión a las nuevas formas de comunicación electrónicas, están intentando definir a este nuevo espacio como un "espacio político" o mejor dicho un espacio propicio para prácticas políticas. Algunas reflexiones que se han hecho al respecto, por el contrario, sostienen que el espacio virtual o "cyberespacio" que se conforma a partir de Internet, no sería sino una mera extensión del "espacio privado". De este modo, mientras unos parecen proponer que Internet es un espacio ideal a la política, configurando un "ágora virtual" en el cual los medios electrónicos permitirían la expresión y articulación de múltiples discursos de una forma hipertextual, potenciando los medios para la participación ciudadana, otros se basan en que en realidad el alcance limitado sobre el total de la población mundial, reduce el uso de Internet a una elite ilustrada, impidiendo la expresión de lo que podría ser un "interés general" al ligar la posesión del acceso como una línea divisoria.
En un país democrático todos los derechos de los ciudadanos deben estar asegurados y protegidos, y entre ellos el derecho a la libre expresión, el derecho a la intimidad y la privacidad personal son los más esenciales. Si la libertad de expresión y la privacidad no se vieran garantizadas en Internet, estarían fracasando los principios que deben regir la Red. Efectivamente, la libre expresión es uno de los pilares de nuestra sociedad y de cualquiera que se considere evolucionada. Sin libertad de expresión, todas las libertades se ven coartadas y cualquier sistema que no la respete es más parecido a una dictadura que a un estado de derecho.
La libertad de expresión, pero enfocada a Internet es uno de los sistemas más democráticos que puedo imaginar. Cualquiera puede disponer de una página Web que estaría al mismo nivel que cualquier otra. Por ejemplo, yo puedo comprar el dominio loquesea.com y éste estará al mismo nivel que moncloa.es. Asimismo, Internet ha propiciado la posibilidad que cualquier persona pueda dar una opinión y una visión sobre un tema particular, mientras que antes tendrías que ser famoso, o un dirigente con poder, para que nuestros mensaje pudiera ser escuchado por todo la ciudad, el país o todo el mundo.
En los últimos tiempos estamos viendo en Internet hechos que pueden resultar preocupantes para la salvaguardia de las libertades y que hacen reflexionar sobre éstas.Existen casos que se deben divulgar para que todos conozcamos el estado actual de las libertades.
Nos referimos a webs que han tenido que cerrar o se han visto demandadas por difundirse en ellas opiniones o comentarios de una manera libre, como derecho de libre expresión que, se supone, tenemos todos los ciudadanos en esta ciudad y país. Uno de estos hechos es la demanda que ha interpuesto la SGAE por "improperios e insultos" contra la web de Frikipedia , página humorística que era una enciclopedia libre que parodiaba a la Wikipedia, y que llevaba a cabo un ejercicio de definir absurda y satíricamente diferentes términos persiguiendo tan sólo provocar las risas de sus visitantes.
En este contexto, uno de los instrumentos más vigorosos de lucha contra la putrefacción de la administración comunal es asegurar la más amplia libertad de expresión. No cabe duda de que la libertad de expresión es un presupuesto de la existencia misma de una administración democrática. Sin ella no podría el pueblo votar y ejercer sus preferencias, no existiría el necesario debate público sobre cuestiones de interés colectivoPor estas razones, la libertad de expresión no es un derecho más que deba armonizarse con los demás, sino que goza de una protección "preferente" y sólo puede restringirse ante una necesidad social imperativa.
No es silenciando a los denunciantes como vamos a combatir la hechos y dichos que se apartan de la rectitud, honradez y probidad. De lo contrario, como afirma Sartori, quien teme decir lo que piensa acaba por no pensar lo que no puede decir.
Seria penoso, degradante y realmente indignante, que cauqueninos manipulen medios de expresión para su conveniencia y silenciar a coterráneos que pensamos diferentes y/o queremos un cauquenes libres de humaredas que mareen vendan nuestros ojos.
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