Por Andrea Perez, Campaña Techo una Mano Cauquenes
Como dijo Manuel mi buen compañero de sueños solidarios,…“los chilenos somos de memoria frágil”…, tan frágil que solo a seis meses de ocurrida una de las catástrofes naturales más grandes en la historia de la humanidad, muchos ya han olvidado las consecuencias que dejo este desastre. La solidaridad es uno de los principios básicos de la concepción cristiana, el buen cristiano sabe que está en la tierra para servir y no para ser servido, sin embargo en un país donde el 89% de su población se declara “cristiano” y cuya consecuencia, o debería decir inconsecuencia de principios, nos llevo a reunir tan sólo $153.377.- en las alcancías de la campaña “Techo una Mano Cauquenes”, un mes de trabajo, un mes alimentando esperanzas, un mes confiando en que al menos nuestros coterráneos se pondrían en el lugar de su vecino para ayudar a levantar un techo un poco más digno a familias que lo perdieron todo.
Cauqueninos, no basta con decir “que lindo gesto”, “que buena iniciativa”, “toda mi fuerza y mi apoyo”; las palabras se validan sólo cuando van acompañadas de acciones concretas, ayudar al prójimo debería ser un principio de vida, una relación entre seres humanos derivada de la justicia, fundamentada en la igualdad, enriquecida por la caridad. Tenemos mucho trabajo por delante para levantar nuestra comuna, trabajando en conjunto podremos construir ciudadanía.
Les invito a reflexionar sobre este tema y el sentido social que cada uno posee.
“(…) la grandeza (o la miseria) y la ética (o la corrupción), no son resultado del destino o de la buena (o mala) suerte; son el resultado de lo que nosotros mismos hemos construido. Por eso siempre podemos modificar o mejorar la sociedad en la que vivimos… si lo hacemos colectivamente (…)”José Bernardo Toro A. Filósofo, matemático y escritor.
Gracias a todas las almas que han colaborado en esta campaña, en especial a la gente que sin tener relación alguna con nuestro Cauquenes, ha dicho presente y ha sumado a este sueño de esperanza.
Gracias a ustedes, hoy, al menos dos familias, ya viven bajo un techo más digno.
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