Fuente: Diario El Mostrador – Por Montserrat Nicolás - Autora del blog Curvas Políticas. – Link http://www.elmostrador.cl/opinion/2011/07/26/imputa-recaredo-galvez/
O sea, lo que en Chile nos han acostumbrado entender como algo normal, no lo es. No es normal que con solo 15 minutos de marcha pacífica, se lance agua tóxica sobre l@s transeuntes. No es normal que tras 20 minutos, siempre se bombardee con bombas lacrimógenas neurológicas. No es normal que apunten con las mismas bombas a las entradas del Metro de Santiago, llenando los túneles con gases infernales por días. No es normal que el mismo Metro por los altoparlantes pida que los pasajeros cierren las ventanas para evitar gases en los trenes. No es normal que por tu estética corporal te lleven detenido arbitrariamente. No es normal que niñ@s de meros 13 años sean abusados a palos y patadas en el craneo por estar presentes en las tomas de sus colegios. No es normal. No es normal que Carabineros tenga que importar desde regiones a cientos de pelados para reprimir. Es que no es normal. No es normal que las ciudades de Chile estén sitiadas por la fuerza del Ministerio del Interior con el beneplácito de Intendentes y Alcaldes.
Un chico de apenas 21 años de una familia sin recursos, fue brutalmente golpeado en la cabeza para luego ser detenido en la carcel El Manzano de Concepción. Figuraba en una marcha de la Universidad de Concepción en apoyo a las familias en Dichato que pedían la reconstrucción mínima tras 17 meses de nula gestíon por parte del gobierno. En Dichato, por supuesto, llovieron bombas lacrimógenas y palizas por parte de Carabineros. Niños y ancianos no fueron excluídos. El abuso chileno es democrático.
Imputan a Recaredo Galvez de ‘homicidio frustrado’ y ‘porte de arma ilegal’. La siempre atenta fiscalía pide dos (DOS!) meses de investigación para averiguar si acaso su arma mortal -un molotov- estaba en su mano o no. Qué cientos de testigos digan que así no fue, importa poco. Qué el médico presente alega que la golpiza a su cabeza lo dejaba con riesgo vital, tampoco importó. Casos como el de Recaredo ya son cientos en la reciente historia de Chile.
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