Por Belén Aranda, Sicóloga infanto – juvenil, colaboradora MOM.
"Coterráneos les presentamos este artículo, de la Joven Sicóloga Belen Aranda, hija del Cauquenino Rodolfo Aranda Villanueva, a la cuál le damos la bienvenida a este mundo llamado Cauquenes, tierra de su padre, agradeciendo su aporte, en este y otros temas tan importantes como es la Paternidad. "
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El desafío de ser los mejores padres lo tenemos presente incluso desde antes de escuchar el primer llanto de los hijos.
Para nadie es un misterio que la fuente de socialización y formación primaria es la familia. Si bien nadie nos ha enseñado a llevar a cabo este rol, tenemos poderosas influencias (buenas o malas) recibidas de parte de quienes nos progenitores. Sin embargo, ser padres en el contexto actual presenta un escenario distinto al que ellos vivieron. El estilo de paternidad de aquella época puede no ser el más indicado para la era actual, tan llena de cambios, competencia y globalización, donde la tecnología está inserta en todo y la conectividad nos hace pensar que cada vez la calidad de la comunicación es mejor.
¿Cómo ser los mejores padres? Es una pregunta que de seguro se hace con frecuencia y cuya estrategia hace que la respuesta la construya cada uno de ustedes, con cada uno de sus hijos, respetando la individualidad de estos y la etapa de desarrollo en la que se encuentren, tanto usted como ellos.
La forma de aprender es en la práctica misma, cometiendo muchos aciertos y errores, concientes algunos e inconscientes otros. El papá y la mamá son quienes mejor conocen a sus hijos, saben qué es lo que necesitan y qué es lo que les gusta. Es por esto, que la mejor manera de acercarse a este ideal, es conociendo a sus hijos tanto en sus fortalezas como debilidades, reforzándolos positivamente por sus logros, apoyándolos comprensivamente por sus fracasos, orientándolos a tomar desafíos, fijando límites concordantes con su edad y, a su vez, siendo consecuentes en sus actos y discurso, para no generar órdenes discordantes con esto.
En la siguiente descripción presento 4 estilos de paternidad que los padres aplican en la crianza de los hijos. Conocer y asumir, en un acto de humildad y sincera introspección, qué estilo se encuentra ejerciendo sobre ellos; estoy segura le permitirá reflexionar respecto a sus aciertos y brechas mejorables, lo cual constituirá un importante paso más en su continua búsqueda por ser un mejor padre.
1) Estilo autoritativo: se caracteriza por padres que son buenos comunicadores, muestran a los hijos su agrado cuando se comportan adecuadamente, les transmiten el sentimiento de que son aceptados y respetados, fomentando también el diálogo y la negociación para obtener acuerdos con ellos. Sin embargo, al mismo tiempo emplean reglas y usan el razonamiento como tácticas disciplinarias, el castigo no punitivo y la consistencia, a lo largo del tiempo, entre declaraciones y acciones. Por tanto, los hijos interiorizan las normas sociales, son hábiles socialmente, tienen buen autocontrol y autoconfianza, así como un elevado ajuste psicosocial, atribuyendo gran relevancia al concepto familiar y académico, ámbito en el cual también aparecen más competentes. Este estilo, es el ideal, pues combina en justa proporción el diálogo y el afecto demostrado con la correcta utilización de los límites que los padres imponen.
2) Estilo indulgente: lo componen padres comunicativos con sus hijos y cuando estos se comportan de forma incorrecta, no suelen utilizar el castigo para corregir, optando por el diálogo y razonamiento como instrumentos que fijan los límites. Consideran a sus hijos personas maduras y autorregulables, sobre los cuales intentan influir razonando las consecuencias que los actos inadecuados pueden producirles. Los hijos de estos tipos de padres, interiorizan las normas sociales, son hábiles socialmente, tiene elevado autocontrol y autoconfianza y tiene un elevado autoconcepto familiar y académico. Sin embargo, hay que considerar que como padres la labor es ayudar a sus hijos a lograr esta autorregularización y no asumirla de lleno, pues se podría llegar a considerar a los padres como un par, más que como un referente a seguir.
3) Estilo autoritario: se caracteriza por padres muy exigentes con sus hijos, que no tienen en cuenta la edad del niño, sus características y circunstancias, siendo a la vez, escasamente atentos o sensibles a las necesidades de ellos. Por lo demás, no ofrecen razonamiento cuando emiten órdenes, no estimulan el diálogo y son reacios a modificar sus posiciones ante la argumentación de sus hijos, valorando la obediencia incondicional y castigándolos comúnmente de forma enérgica. Son padres que, generalmente, destacan por la frase: “¡Porque lo digo yo! Y yo soy tu papá”. Por tanto, los hijos de padres autoritarios, muestran cierto resentimiento a los padres, menor autoestima familiar, sumado a un sometimiento a las normas sociales sin interiorización de las mismas y muestran más problemas de ansiedad y depresión.
4) Estilo negligente: compuesto por padres indiferentes, permisivos y pasivos. Ofrecen al niño un mensaje difuso de irritación o descontento hacia ellos, el cual es sometido a un gran número de demandas imprecisas y vagas, lo que puede fomentar en éste un sentimiento de no ser amado. Asimismo, tienden a ignorar el comportamiento de sus hijos cuando estos requieren apoyo, otorgando demasiada independencia y exigua supervisión a la conducta.
Esto deriva del poco ejercicio del diálogo e insuficiente efectividad, lo que deriva en dificultades para relacionarse con sus hijos. Bajo esta mirada, los hijos suelen ser más testarudos, se implican en mayores discusiones y mienten más, actuando con un alto grado de impulsividad, lo cual parece asociarse a una mayor tendencia a problemas de consumo de drogas y alcohol.
A la vez, tienen bajo logro académico frente a otros alumnos y más problemas emocionales (miedo al abandono, baja autoestima, pensamientos suicidas y pobres habilidades sociales).
En base al contenido revisado, puede que se haya identificado en más de algún estilo, pues estas tipologías son ideales y en la realidad puede darse una mezcla de unos con otros o de todos por igual, dependiendo de el comportamiento del niño, de la personalidad de cada padre, de las situaciones y de un sin fin de factores que pueden acercar o alejar a los padres del estilo ideal.
El haber leído este artículo con esmerada atención desde ya lo constituye en un padre que no sólo se preocupa sino que se ocupa de sus hijos.
Si necesita más apoyo en esta u otras materias relacionadas no dude en contactarnos en MOM, pues estamos para ayudarlo en esta compleja y noble tarea.
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