Fuente : La Voz de la Provincia - Por Matías Aravena y Pablo Martínez
El penal de Roberto Baggio en el Mundial de Francia 1998 y el origen del apodo ‘Cabeza de Muela’, son algunas de las historias que uno de los mejores jugadores chilenos en la década de los 90’ cuenta en esta entrevista.
Termina la práctica de Independiente de Cauquenes en un caluroso día en el Estadio Manuel Moya Medel. La actualidad del equipo no es la mejor en lo deportivo ni en lo administrativo, pero Nelson Tapia motivó constantemente a sus jugadores. No luchar por cumplir un objetivo, aún en condiciones precarias, nunca fue una opción para él porque “en los momentos difíciles hay que esforzarse más, sobre todo cuando no nos pagan”. Esa actitud positiva fue la que lo llevó a conseguir lo que se propuso.
Nacido en Molina con 50 años cumplidos en septiembre, Tapia nunca dudó sobre su futuro. “Dejé los estudios en séptimo básico porque tenía que ir a trabajar con mi padre en Lo Valledor, pero siempre con las ganas de ser futbolista. En mi población había una multicancha de tierra que la marcábamos con aserrín o con carbón y jugaba ahí, al igual que en el colegio, pero nunca me puse los guantes porque era delantero”, asegura el ‘Huaso’.
Su primera experiencia como portero fue en la selección juvenil de su comuna a los 15 años. “Llegué como goleador, pero faltaban arqueros. Como estaba dispuesto a participar en cualquier posición, acepté. Me empezaron a preparar porque era flaco y alto. Así me gané el puesto y llegué a la adulta. Me decían el ‘Tres Pepas’ y me llamaban desde Río Claro y Cumpeo para ir a algunos partidos. Desde ahí no paré más y la gente ya me conocía”. Ese fue el comienzo de un sueño que pronto se iba a cumplir.
Su camino hacia el fútbol profesional