Por Carla Campaña Castillo, estudiante en práctica de Kinesiología, Hospital de Cauquenes
Las profesiones y el desempeño laboral que desarrollamos ocupa gran parte de nuestro tiempo, y gran parte de nuestra vida. Es por esta razón que las personas que profesamos una religión debemos saber conjugar y mostrar en nuestro trabajo esa fe y los principios que nuestra iglesia nos inculca. En Tiempos de Cuaresma en donde nos preparamos para recibir a un Cristo resucitado es importante preocuparse del prójimo, de este Cristo vivo que habita en cada persona. La kinesiología me ha permitido vivir esto de una manera muy especial, encontrando en cada paciente que asiste al Hospital un Cristo que tiene diferentes necesidades, un Cristo que ha sufrido y que necesita ayuda. Nuestros cuerpos son templos del Espíritu Santo, templos de Dios; y cuando este templo sufre también lo hace Cristo.
- Columna
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