Heme aquí
un fantasma sin sentido
un obrero, un jornal
arlequín de los andamios
trovador frío, banal.
He aquí
al que soñó ser aviador
príncipe azul
un burgués, un gran señor.
- Administrador_2
- Visto: 1075
Heme aquí
un fantasma sin sentido
un obrero, un jornal
arlequín de los andamios
trovador frío, banal.
He aquí
al que soñó ser aviador
príncipe azul
un burgués, un gran señor.
Se fue la lozanía de mi cuerpo,
dejando laceradas mis maderas,
como así se ha reducido mi esqueleto,
dejándome nostálgicas secuelas.
Se ha ido lo más útil de mi todo,
porque ya se han desgastado mis membranas,
aquellas que por sobre los letargos
me hacían renacer cada mañana.
No obstante, aún me activan los recuerdos
de, antaño, refulgentes primaveras,
recuerdos que me sirven de sustento,
y lo han de hacer hasta el día que me muera.
Con sus mares y montañas
viene cantando Cauquenes
En cada nota hay un brindis
a la tierra y a su gente
Toda el alma en la guitarra
como el aromo florece
Un racimo que se exprime
en buen tinto y aguardiente
Chilenos, no soy poeta,
tampoco soy escritor,
no obstante, para hacer versos,
me sobra la inspiración.
Por eso, en este “ Dieciocho”
y ya que nada me inhibe,
en versos quiero brindar
por los símbolos de Chile.
Brindo por nuestra bandera,
digno paño tricolor,
que al mundo muestra una estrella
más refulgente que el sol.
Madre
La razón y el corazón,
sabiamente y con altura,
han logrado consensuar
sobre quién nos da en la tierra,
de modo incondicional,
más amor y más dulzura.
Según la razón pensante
y el sentir del corazón,
no es difícil deducir
sobre quién, después de Dios,
nos prodiga en todo instante
más dulzura y más amor.